Ventajas
- La mujer mantiene un control total que le permite sentirse más confiada y encontrar los momentos idóneos para maximizar su placer.
- El hombre tiene las manos libres para dar a su compañera todavía más placer, acariciándole senos, nalgas o clítoris.
- Con esta postura se consigue una buena estimulación del punto G.
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